En primer lugar, la empresa deberá designar un responsable de emergencia que tendrá las funciones de coordinar todas las acciones necesarias para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores. Esencialmente, sus funciones se resumen en:

• Mantener actualizada toda la información sobre la epidemia emitida por las instituciones de salud pública sobre la enfermedad y las medidas a adoptar en cada fase.
• Actualizar periódicamente el plan de comunicaciones para casos de emergencia: con el resto de equipos de intervención y éstos a su vez con los empleados.
• Coordinar simulacros de emergencias.
• Coordinar, junto con la dirección de la empresa, las pautas de actuación ante la ausencia de empleados durante la epidemia.
• Coordinar junto con la dirección de la empresa la disponibilidad de los recursos materiales y humanos previstos.
• Colaborar con los servicios de salud pública autonómicos y estatales así como con protección civil en caso de necesidad

Por otro lado, se deben implementar medidas que garanticen la distancia de seguridad mínima -entre 1,50 metros y 2 metros- entre trabajadores. Algunas acciones que pueden llevarse a cabo son:

• Apostar por el teletrabajo, siempre que sea posible.
• Modificar los horarios de entrada y salida de los turnos para que no coincidan en los vestuarios, zonas comunes, etc.
• Mantener turnos de trabajo cerrados, nadie debería realizar cambios, se evita posibles trasmisión de un turno a otro.
• Flexibilizar la jornada de trabajo en horario de entrada, salida, incluso una distribución irregular de la misma permite reducir las aglomeraciones.
• Evitar al máximo la entrada a las instalaciones de personal ajeno a las mismas, incluso trabajadores propios que sus funciones sean las de comercial, técnico de servicio, etc.

Por supuesto, deben garantizarse unas condiciones de higiene excepcionales, respecto de las instalaciones, material y personal, facilitando soluciones desinfectantes y colocando infografías en diferentes zonas de trabajo recordando cómo lavarse las manos o cómo se debe proceder ante un estornudo. En todo caso, se debe reforzar la higienización con productos antisépticos de las instalaciones -como pasamanos, pomos, manetas, mesas, mostradores, botones de la máquina del café y, en definitiva, todo objeto susceptible de ser tocado por varias personas-.

Es importante que los clientes también formen parte del protocolo de actuación que haya desarrollado la empresa, y que sean conocedores del mismo. En este sentido, la organización debe comunicar a los clientes las acciones que se están implementando para minimizar el riesgo de contagio.